Encarnita Jurado Moreno (psicóloga)

autismo3El autismo es un desorden neurológico, que generalmente dura toda la vida, se puede presentar en cualquier persona, aunque es más frecuente en los niños que en las niñas. Se explica como un grave déficit de atención del desarrollo persistente y profundo; este afecta las relaciones sociales, la comunicación, la imaginación y se manifiesta mediante comportamientos repetitivos e inusuales. Es altamente heredable, pero la causa incluye tanto factores ambientales como susceptibilidad genética.

Las intervenciones tempranas de conducta, cognición y habla pueden ayudar a los niños con autismo a ganar habilidades de auto-cuidado, sociales y comunicativas. A pesar de esto, no hay muchos niños autistas que vivan de forma independiente.

No es muy difícil determinar cuando un niño tiene este problema, ya que no responde ante la llamada de los demás, casi siempre está ausente, tal como si viviera en otro mundo, realiza las mismas actividades una y otra vez y no expresa sus sentimientos fácilmente.

Una de las principales características de estos niños es que no cuentan con la capacidad para expresar e interpretar emociones, así como reconocer las expresiones emocionales propias y de los demás, en un aspecto esencial en el proceso de adaptación al medio tanto la expresión fácil emocional como el reconocimiento de emociones parecen procesos innatos y universales.

Las personas con trastorno del espectro autista se ven más afectadas para poder realizar tareas como comprensiones y capacidades empáticas, provocando que las conductas ajenas resulten para ellos imprevisibles, carentes de sentido y difíciles de comprender. Presentan un mundo interior y una manera de razonar e interpretar diferente a la nuestra, que provoca que las competencias emocionales básicas que posee una persona, en cuanto a la conciencia, regulación, y autonomía emocional, así como las correspondientes a la competencia social y a las habilidades de vida y bienestar se vean deterioradas y presenten dificultades a la hora de manifestarlas.

Siguiendo en el ámbito emocional, podemos encontrar que las personas con autismo presentan una serie de déficits dentro de esta área, entre ellos encontramos los siguientes:

  • Expresiones faciales limitadas: en este sentido, los autistas presentan una expresividad rígida y poco variada, una sonrisa constante y falsa apariencia de felicidad, una variedad de expresiones extrañas y no comunicativa y una falta de sonrisa como intercambio social, que no hace.
  • Contacto visual inusual: en el que predomina la inexistencia de contacto ocular con los interlocutores, lo que les hace presentar un déficit en lo que supone la base del contacto afectivo comunicativo no verbal entre las personas.
  • Disminución de gestos comunicativos: como los convencionales, descriptivos o los propios de señalar. Estas disminuciones o ausencias provocan que les sea muy difícil entenderse con los demás, hacerse entender y que haya una reciprocidad emotiva al establecer una conversación entre personas. Los gestos son la base de nuestra expresión emocional, determinan lo que sentimos o queremos en ese momento y complementan las informaciones que de manera verbal quedan ocultas.
  • Problemas en las relaciones sociales: aislamiento, pasividad social o deseo por querer relacionarse y no saber cómo debido a los déficits que presenta en el área de la percepción emocional que le provocan incomprensión de las mentes y acciones de los demás.

A partir de estos datos, podemos empezar a ser más conscientes del papel tan importante que cumplen las emociones en nuestro organismo en general, pero sobre todo en nuestro proceso de adaptación al medio y en nuestra manera de pensar y actuar. Sin embargo, dicha reflexión da lugar a realizarnos la siguiente pregunta, si las emociones son esenciales para nuestra adaptación al medio e innatas e universales… ¿qué pasa con las personas que por padecer algún tipo de trastorno en el desarrollo como es el caso de los autistas presentan un marcado deterioro en su expresión de las emociones?”

Está claro que las emociones son los hilos que mantienen unida la vida mental, definen quienes somos tanto desde el punto de vista de nuestra propia mente como desde el punto de vista de otros. Las emociones son funciones biológicas del sistema nervioso. Esas emociones entendidas como imágenes esquemáticas de situaciones y que confluyen diversas definiciones sobre ellas.

Pero la limitación que tienen estos niños en el mundo de las emociones no quiere decir que no sientan, amen y sufran al igual que nosotros, solo que no saben expresarlo de la manera a la que estamos acostumbrados. Tenemos que saber ponernos en su piel y entender que si pudieran seguramente lo que nos dirían sería:

“No te angusties conmigo, porque haces que también me angustie. Respeta mi ritmo. Siempre podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle cada vez más, aunque a veces tenga algunos retrocesos”

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