¿Has vuelto de las vacaciones de Navidad y te encuentras más cansado que antes de irte?, ¿Estás todo el día fatigado o desconcentrado?, ¿Te cuesta dormir a pesar de sentirte agotado? Seguramente, no encuentras una razón que explique este hastío constante. No te preocupes, seguramente estés afectado por el SPV o síndrome postvacacional.
En los últimos años, los profesionales de la salud nos hemos interesado en el SPV, debido a que muchas personas, notan un descenso de su calidad de vida por las consecuencias físicas, emocionales o sociales de este síndrome. El hecho de que este efecto no haya sido descrito o estudiado anteriormente, hace sospechar a los expertos, su relación con las condiciones laborales y sociales que rigen el ritmo de vida actual.
Tal y como describe su nombre, estamos hablando de un cuadro con una sintomatología muy concreta, que aparece después de las vacaciones, cuando es necesario un proceso de adaptación a la actividad rutinaria habitual. Encontramos algunos factores que propician con mayor facilidad la aparición del SPV:
- Es más frecuente que aparezca tras unas vacaciones relativamente largas, muy intensas, en las que a pesar de que la sensación subjetiva de la persona sea muy positiva, no se haya descansado lo suficiente.
- Presencia de elevado estrés laboral previo a las vacaciones.
- Falta de motivación hacia a la actividad laboral.
- Ritmo de vida habitual muy rápido en contraposición del ritmo totalmente inactivo y relajado de las vacaciones.
Algunos de los síntomas más frecuentes que se pueden apreciar son:
- Apatía y desinterés con respecto a todo tipo de actividades.
- Debilidad física.
- Nerviosismo.
- Insomnio o hipersomnia.
- Dificultad para concentrarse.
- Irritabilidad o labilidad emocional.
- Postergación de decisiones u obligaciones.
Este tipo de sintomatología puede parecerse mucho a un estado depresivo, e incluso para algunos, será una autentica depresión postvacacional, pero no te preocupes, estamos hablando de un efecto transitorio sobre el que podemos actuar. A continuación, os damos algunas pautas para ayudaros a readaptaros a vuestra rutina lo mejor y lo antes posible:
- Readaptar los horarios de sueño: levántate todos los días a la misma hora, independientemente de la hora a la que te hayas acostado o las que hayas dormido la noche anterior y el horario de actividades que tengas planeado para el día siguiente.
- Haz algo de ejercicio moderado, nos ayudará a equilibrar también el estado de ánimo.
Con estos simples cambios, en unos días notaremos una mejora de los síntomas físicos de este síndrome. Sin embargo, además de esto, debemos estar atentos a cuidarnos también emocionalmente:
- Oblígate a hacer alguna actividad agradable o de ocio. No las dejes todas de lado aunque ahora mismo no te encuentres motivado o creas que no tienes tiempo.
- Establece una lista de obligaciones y tareas y comienza por las prioridades o asuntos urgentes.
- No intentes retomar tu ritmo (personal, laboral, social, doméstico) de una vez, lo más probable es que acabes agotado y no llegues a alcanzar todos tus objetivos. Afrontaremos las actividades atrasadas poco a poco.
- Guarda un pequeño momento cada día para descansar y relajarte.
- No te dejes llevar por la desidia o la apatía con respecto a las relaciones sociales. Hacer un pequeño esfuerzo ahora, nos ayudará a mejorar el estado de ánimo.
Si queréis leer más sobre el síndrome postvacacional, los compañeros de la Clínica Universidad de Navarra nos dejan en su página web, una reseña muy interesante que os animamos a comentar.
http://www.cun.es/chequeos-salud/vida-sana/consejos-salud/sindrome-postvacacional
Comparte tu experiencia con nosotros: ¿ crees que estás padeciendo el síndrome postvacacional?
Otras referencias:
Comentarios recientes