TANIA MARTÍNEZ MONTERO (psicóloga)

“No te pongas así” “No llores” “No puedes ponerte triste por eso”

¿Cuántas veces nos hemos sentido tristes y nos han dicho “No estés así”?

descargaMuchas veces sentimos tristeza y tratamos de negarnos a ella radicalmente, sobretodo porque nos lleva a pensar que sintiéndonos, así no seremos felices. Pero, ¿qué función tiene la tristeza? ¿Por qué y para qué se sienten las personas tristes? Hoy queremos hacer una reflexión sobre qué significa sentirnos tristes a veces y porqué algo, que vivimos como negativo, puede ser muy positivo.

La tristeza es, como bien sabemos, una emoción de valencia negativa. Esto no tiene porqué significar que sea malo sentirla, pues como el resto de emociones básicas (alegría, ira, aversión, sorpresa y miedo) tiene una función adaptativa y, en cierta medida, es bueno darle cabida en nuestras vidas. Las emociones nos motivan para actuar e ir respondiendo a las diversas situaciones a las que nos enfrentamos día a día. La función adaptativa que tienen cada una de las emociones son:

  • Alegría: nos ayuda a continuar reproduciendo una conducta o acción y seguir acercándonos a aquello que nos resulta beneficioso.
  • Ira: nos induce hacia la destrucción de aquello que no nos hace bien.
  • Aversión (asco): nos produce rechazo frente a lo que tenemos delante alejándonos de aquello que nos puede hacer daño.
  • Sorpresa: nos ayuda a reorientarnos frente a una situación nueva.
  • Miedo: cumple una función protectora, nos permite ser cautelosos y no aventurarnos a lo desconocido.

La tristeza nos motiva hacia una nueva reintegración personal y es la responsable de que en determinados momentos exista una mayor cohesión con otras personas, especialmente con aquellos que se encuentran o se han encontrado en la misma situación. Cuando nos sentimos tristes disminuimos el ritmo de actividad y valoramos otros aspectos de la vida, que antes de tener este sentimiento, no se les prestaba la misma atención. Esto nos lleva a comunicar a los demás que no nos encontramos bien y con ello abrimos la posibilidad de recibir la ayuda de otras personas cuando la necesitamos, así como el apaciguamiento de reacciones agresivas por parte de los demás. La tristeza fomenta que nos traten con empatía y tengan comportamientos altruistas hacia nosotros. En definitiva, nos permite bajar el ritmo cuando algo no anda bien, revisar lo que ocurre teniendo en cuenta otras cosas y pedir ayuda, espacio y tiempo cuando así lo necesitamos.

Reconocer que nos sentimos tristes por algo que nos está ocurriendo, darnos permiso para sentirlo y asumir que esto es parte de nosotros y de la vida tanto como lo es la alegría, hará que igual que el resto de emociones, una vez cumplida su función, desaparezca así como llegó. Por tanto, la clave está en vivirla, entenderla y no en luchar contra ella. La aceptación, manejo y entendimiento de esta y el resto de emociones es lo que se conoce como “Inteligencia Emocional”.

¿Qué ocurre cuando luchamos contra la tristeza? Cuando esta emoción aparece y luchamos contra ella sin dejar que ejerza su función de manera adecuada vienen los problemas. Podemos sentirnos frustrados e incomprendidos, lo que agravará nuestro estado emocional. Incluso si no se reconoce y maneja de forma adecuada pueden aparecer conductas no deseadas y desadaptativas. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en los niños pues cuando sufren un estado depresivo suelen reflejarse conductas agresivas (o violentas) como fruto del desconocimiento del manejo y significado de sus propias emociones. Pixar ha representado esto de manera muy fidedigna en la película “Inside out” (Al revés). A lo largo de todo el film podemos ver esa lucha constante entre alegría y tristeza, las consecuencias que derivan de ella y finalmente lo productivo de darle cabida a “Tristeza” como una más.

Se han realizado estudios de investigación que demuestran los beneficios a nivel cognitivo, motivacional e interpersonal de la tristeza. En concreto Joseph P. Forgas exponía en uno de sus estudios que los beneficios son los siguientes:

  • Mejora de la memoria: tras analizar a diferentes grupos de personas, aquellas que estaban tristes tenían una mayor recepción y retención de los que sucede a su alrededor, mientras que las personas felices, las cuales se “dejaban llevar”, tenía menos capacidad de atención.
  • Juicios racionales: tomar decisiones estando alegres es dejarse llevar por la euforia, mientras que las personas que se sienten tristes se sumen en un estado analítico más profundo, llevando esto a razonar de formar más menos impulsiva y lógica, en contra de lo esperable.
  • Reducción de la credulidad: las personas en bajo estado de ánimo son más escépticas en muchos aspectos como no caer en creencia de mitos, tópicos o ser más sensibles frente a alguien sincero.
  • Reducción de los estereotipos: la felicidad refuerza los estereotipos frente a las personas que se sienten tristes, las cuales recapacitan más sobre sus actos e incluso no se dejan llevar por sus propios prejuicios.
  • Beneficios para la motivación: las personas tristes son más persistentes ante las tareas difíciles y tienen a rendirse con menos facilidad. Sin embargo, las personas que están de buen humor tienden a abandonar fácilmente y a frustrarse como consecuencia.
  • Incremento de la cortesía: un estado de ánimo bajo en momento puntuales nos lleva a una tendencia a la cortesía siendo más proclives a pedir cualquier cosa con educación, mientras que las personas alegres no piensan tanto en su exterior y el efecto que puede provocar.
  • Sentimiento de justicia: este estudio también demostró que las personas tristes se comportan de manera más justa, racional y generosa a la hora de realizar una oferta, mientras que las personas alegres no.

En definitiva, podemos concretar que no hay emociones malas o emociones buenas, sino un abanico emocional que aceptado y comprendido nos ayuda y nos guía hacia una personalidad estable así como a una vida plena. Pues más vale una sonrisa triste que la tristeza de no poder sonreir.

Share This

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información. Mas información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto. Para más información pulse aquí

Cerrar